Vemos 1º grado, 2º grado, 3º grado, 4º ,5º, todos coordinados por timbres, silbatos en la pared, todo organizado conforme un programa preestablecido o un plan, con items a tildar en cada paso de la línea para asegurarse que los productos se conformen con las especificaciones. Nada es azaroso y es comprensible, porque fue el concepto organizativo más exitoso de su era.
Cuando uno es un niño en la escuela, ¿quién le dice qué vamos a aprender?, las maestras. Cuando nosotros somos niños en la escuela, ¿quién nos dice si hemos aprendido o no?, también la maestra. Si Uds. quieren avanzar en la escuela y tener éxito, ¿a quién tienen que complacer?, a la maestra o al maestro.
El aprendizaje es un subproducto del vivir. El aprendizaje es un estímulo para vivir. Y ocurre en el contexto de nuestras vidas, ocurre en la medida que afrontamos las dificultades, desafíos, traumas que van surgiendo a lo largo de nuestra vida. Todos sabemos esto
Desgraciadamente en el mundo de la vida, donde el aprendizaje es el sub producto del vivir, hay sólo una manera mediante la que podemos aprender las cosas, y esto es cometiendo muchos errores. Esta es la trama dentro de todo proceso de aprendizaje, uno no empieza caminando, empieza cayéndose ¿no es cierto?. Uno no empieza hablando en un perfecto español o inglés al abrir la boca
La cristalización de una cultura evaluativa sugiere la conectividad de los diferentes procesos evaluativos que se desarrollan en la escuela. Una escuela que valora el aprender de si misma pero también de la realidad de sus alumnos, construye una dinámica de interacción que favorece los aprendizajes escolares y presenta una cuádruple dimensión: a) como herramienta de los profesores y alumnos para conocer y graduar adecuadamente los aprendizajes, b) como instrumento de mediación de aprendizajes, c) como herramienta para el desempeño docente y, d) como proceso de determinación del nivel de avance del programa de asesoría.